SECCIONES

19/5/10

QUÉ MANERA DE SENTIR


El Atléti ha vuelto a ser grande. Ya era grande en el corazón de miles de aficionados colchoneros, pero ahora lo es para el resto de mortales. Una temporada que empezaba siendo un fiasco se ha acabado por convertir en la mejor que recuerdan las mentes rojiblancas desde aquel gol de Pantic al Barça y la victoria en el Calderón ante el Albacete.
Miles de lágrimas vertidas al suelo, muchas esperanzas truncadas cada año, rabia contenida a modo de injurias dichas entre dientes, deseos no cumplidos, profecías fallidas como la de “este año sí”, y sobretodo muchos sueños no cumplidos. Hasta hoy.
Por eso, el título que acredita al Atlético de Madrid como mejor equipo de la Europa League, es para los aficionados más que para nadie. Aquellos aficionados que han sabido llorar, sobreponerse, reír, saltar, gritar. Aquellos que cada domingo aguantaban las burlas de sus compañeros, que sufrían más que nadie los partidos y a los que las duras decepciones tiraban al suelo, pero sólo conseguían que se levantaran más fuertes.
Así ha pasado. Un equipo impulsado por 12.000 gargantas, que más bien parecían 2 millones se impuso con justicia al Fulham. Eso sí, con dosis gratuita de suspense. Un suspense propio del Atleti.
Forlán era el reflejo de la rabia contenida. Una rabia que soltaron al unísono millones de personas y que despertó del largo letargo a Neptuno. Un Neptuno que pudo sonreír al ser vestido con la bufanda rojiblanca.
La celebración fue más que eso, fue la comunión perfecta entre equipo y afición. Una afición cuya sangre también tiene tintes blancos y que en su corazón alberga todos los sentimientos que identifican al equipo. Un sentimiento de grandeza aún sin ganar nada.
Sabina lo plasmó a la perfección. Un sentimiento que no se puede explicar. Sólo se tiene. No es por dinero, ni por jugadores, ni siquiera por títulos ni número de aficionados. El Atleti no necesita eso para ser grande. Solo con el grito de Aupa Atleti en los peores momentos hace ver que es más que un equipo de fútbol. Es una familia.
Los jugadores saben que en ningún lugar van a celebrar algo con tanto entusiasmo como en el Manzanares. Hasta Quique ha afirmado que nunca había sentido algo así. El gran culpable, un hombre que hasta ahora era madridista, se ha tornado más hacía el rival madrileño.
En fin, la historia del pupas se ha caído por su propio peso ya que los indios han sido el mejor equipo español del año. Han sufrido, pero todavía puede seguir la celebración ya que están con opciones de lograr otro doblete. Quién lo hubiera dicho en octubre… Que disfruten, que se lo merecen más que nadie ya que el año que viene, como todos saben, volverán a pasarlo mal con su Atleti. Porque como dijo Don Agustín Lafuente, que en paz descanse, el Atleti mata y da la vida. Seguro que él también lo ha celebrado como uno más.
Que manera de subir y bajar de las nubes…
De un merengue

1 comentario:

  1. Es que ya era hora, que ya nos tocaba ganar algo no?¿ lástima que el sevilla nos arruinara la fiesta del doblete¡¡¡¡

    ResponderEliminar