SECCIONES

19/5/10

MOURINHO, UN GENIO INCOMPRENDIDO


En mayo de 2004, un popular equipo portugués se alzó con solemne justicia con el trofeo más importante a nivel de clubes en Europa. La Champions League. El Oporto no estaba en las listas de favoritos ni mucho menos, pero en aquella edición, tan sólo el Real Madrid consiguió aplacar el ansía de victoria del conjunto portugués. Su juego se basaba en un ataque letal llevado a cabo por magníficas triangulaciones y una presión asfixiante que ahogaba poco a poco a sus rivales.
La mayor culpa de este éxito la tiene un portugués, José Mourinho.
En estos días se ha acusado al luso de ser un entrenador provocador y que encima no practica un juego atractivo, sino que se encierra en la vertical de su área con todos los efectivos posibles para así poder salvaguardar el resultado. El fútbol nos tiene acostumbrados a definiciones así ya que la gente de este entorno carece de memoria. Cabe recordar que José Mourinho, con el Oporto también se alzó con la Liga y con la UEFA. Y esto no se consiguió con un cerrojo al más puro estilo italiano, sino con un sistema muy ofensivo, capaz de agobiar a cualquier equipo.
En esto, que el equipo con más ganas de crecer por aquel entonces, el Chelsea, decidió que Mou fuera el capitán del navío londinense. Y con un equipo de cientos de millones, Mourinho consiguió poner al Chelsea en el lugar que se encuentra ahora, en la cumbre más alta del fútbol. La hegemonía del Manchester y en ocasiones esporádicas, del Arsenal, se vio oscurecida con el implacable ímpetu ganador del portugués. Realizando un juego ultraofensivo, con jugadores preparados para estar todo el partido corriendo y presionando, el equipo londinense consiguió títulos.
Después llegó el Inter, que no le ofrecía la capacidad adquisitiva suficiente como para formar un equipo de megaestrellas, más bien su cometido era crear estrellas. Y con descartes de un lado, de otro, fichajes estrellas truncados como el caso de Quaresma, el equipo italiano está a un pasito de hacer historia, de suceder al Barça como equipo del triplete. Y esto evidentemente, gracias a Mourinho.
Cuando se compara el juego del portugués, con el de Fabio Capello, con el único fin de convencer a la parroquia madridista de que este hombre aburriría al Bernabéu, se hace sin ningún tipo de conocimiento ya que los equipos de Mourinho son equipos muy ofensivos y que mantienen gran parte del partido la posesión. Hagamos memoria y recordemos el partidazo que hizo el Inter ante el Barça en la ida de semifinales. Ha sido la única escuadra capaz de sacar los colores al mejor equipo de la pasada temporada, consiguió desquiciar a Pep Guardiola y desesperó al mundo culé. Y no es la primera vez que lo hace. Sin embargo, bastó un sistema táctico defensivo con el objetivo de evitar la velocidad en la circulación del Barça, algo que ha hecho mucho daño en varios equipos, para que los anales del fútbol se le vinieran encima y le acusaran de ser el asesino del toque, el verdugo del balón, el amante del cerrojazo. Pues bien, José Mourinho es un entrenador capacitado y que recurre a lo que tiene en el momento oportuno. Con el Chelsea decidía irse arriba con futbolistas como Drogba, Duff, Robben, Lampard, Joe Cole… Pero eso no se recuerda.
Sinceramente pienso que en nuestra liga, un gran equipo entrenado por Mourinho mantendría la posesión la mayoría del tiempo contra la mayoría de equipos. Y sofocaría a los rivales con la presión y el robo rápido. Señores, el Bernabéu saldría encantado con el juego de The Special One, ya que un míster ganador, convencido, inteligente, más que cualificado y sobretodo odiado por la atmósfera blaugrana, es el líder perfecto para iniciar un nuevo proyecto que debería culminarse con una Décima en las vitrinas del Bernabéu.

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