SECCIONES

13/12/11

El clásico despeja dudas

El Real Madrid llegaba con ventaja, tanto matemática como anímica a la gran cita del fútbol español. Sus 15 victorias seguidas avalaban al equipo de Jose Mourinho. En cambio, la escuadra de Pep Guardiola mostraba signos de debilidad lejos de su feudo y partían al Bernabéu, sin presión y dejando el papel de favoritos a su erterno rival.

No dio tiempo apenas a ver el planteamiento táctico de los dos equipos cuando el Real Madrid se adelantó en el marcador. Fue a los 20 segundos, después de un error de Valdés y una serie de rechaces que acabaron en la bota de Benzema, que batió sin dificultad al portero azulgrana. No podía empezar mejor el partido para el club blanco que veía como se podía poner fin a esa hegemonía que ostentaba el Barça a sus visitas al Bernabéu. La parroquia madridista estaba eufórica y eso se transmitía en el terreno de juego, donde los hombres de Mourinho se desgastaban en la presión e intentaban frenar la circulación del rival. La agresividad de los primeros minutos pasó factura al Madrid que se iba rindiendo poco a poco y dejando más espacio a la imaginación culé.

Fue en una de esas acciones donde Messi recogió un balón donde ningún mortal pondría en aprietos a su rival. Nadie, excepto Messi. Se marchó con una aparente facilidad de sus dos marcadores, Lass y Alonso, atrajo la atención de Ramos para cuando el sevillano se acercó, lanzar un pase al hueco al descomunal Alexis que aprovechó la pasividad de Pepe para cruzar el balón desde la frontal. Empate a uno y el equipo de Pep se venía arriba.

Previamente Cristiano tuvo en sus botas el 2-0 que hubiera dejado mermadísimo al club culé, pero erró un remate aparentemente fácil en la frontal del área. No fue la noche del portugués.

Tras la reanudación del juego, el Barça llevó la batuta del partido durante todo el encuentro. Dominaba con una facilidad pasmosa, sustentado por los pilares en el medio campo cómo fueron Busquets y el impresionante Xavi. Dani Alves puso el oxígeno en la banda derecha, llegando con facilidad y el manchego Andrés Iniesta puso la magia.

El Madrid por su parte seguía intentado presionar con fiereza, pero se dejó la gasolina en el vestuario. Di María, el mejor de los blancos la primera parte, buscaba con ahínco el desborde, pero seguía fallando en el pase. En el segundo tiempo dejó más sombras que luces, cómo todo el equipo de Mourinho.

Pronto llegó el segundo gol del Barça, que mató casi por completo al Madrid. Xavi voleó un balón muerto en la frontal del área, que rebota en Marcelo y cambia por completo la trayectoria del disparo. Llorando entraba el balón mientras Casillas intenta una desesperada estirada que no evita el segundo tanto azulgrana.

Con esta acción el Barça se echaba más encima el partido y a base de magníficas combinaciones, mareaba al Madrid que corría sin sentido, hipnotizado por el vaivén del balón. La gran virtud del equipo de Guardiola es que aunque el partido esté vertiginoso, con una velocidad inhumana, sabe cuando pararse con el balón, y buscar otras opciones que no sean atacar directamente la portería del rival.

Ronaldo volvió a tener el gol, esta vez con un testarazo fallido. Un centro magnífico de Alonso, fue rematado por el portugués de una manera cuanto menos lamentable. El gol estaba cantado ya que detrás de CR se encontraban Pepe y Ramos en una posición envidiable para empatar el encuentro. El Barça salía vivo de esa acción y dispuesto a sentenciar el encuentro.

Mourinho movió el banquillo para intentar revolucionar el parado juego de su equipo. CR se había estancado y cada vez que tocaba la bola, ocasionaba una pérdida de balón. Benzemá apenas encontraba desmarques y tenía que trabajar de espaldas a la portería, dando otras opciones que no eran ofensivas. Özil, agotado, dio paso a Kaká que daba otras opciones e intentaba al menos, cosas nuevas. Lass, quien había anulado bien a Messi durante la primera mitad, fue sustituido debido a su tarjeta y a que estaba haciendo oposiciones para que le expulsarán. Khedira entró, pero al que realmente beneficio este cambio fue al Barça que encontraba más huecos ya que el alemán, un jugador tácticamente fantástico, no es tan válido en tareas defensivas tan arduas como marcar a Messi o a Iniesta.

La tónica del partido seguía siendo la misma. El Madrid, quien necesitaba el gol, apenas inquietaba, ni siqueira cuando salió Higuaín por su compatriota Di María. Mal cambió. Se perdió profundidad y el equipo blanco se ahogaba en el medio. Por su parte, la escuadra culé encontró en Iniesta el faro en el que depositar todo el juego ofensivo. Un recital a la altura de las mejores orquestas sinfónicas. Su juego ofensivo fue tan agresivo como delicado. Impresionante demostración de como un futbolista puede tratar tan bien el balón humillando a los rivales. Cualquiera que se acercaba sabía que iba a sufrir la tremenda calidad del español. A base de una conducción perfecta, de amagues, de quiebros, de ese "uno-dos" tan caracterísitico, Don Andrés deleitaba a cualquier amante del fútbol. Coentrao, que ya había dejado claro esta temporada que los 30 millones pagados por él fueron una estafa, demostró en la noche del sábado que no había nacido para defender. Se llevó todos los regates posibles.

Con está clase de fútbol, apareció Messi, otra vez a 40 metros de la portería. No importaba, Leo es peligroso hasta en el túnel de vestuarios. Agarró el balón, condujo por la autopista que era el medio campo del Madrid, se escoró timidamente y soltó un perfecto pase a Alves quien era dueño y señor de la banda derecha. Marcelo se debió perder en el segundo tiempo, ya que nadie pasaba por allí para impedir que el brasileño pusiera un centro perfecto al segundo palo, donde Cesc se adelantó al pusilánime Coentrao y en plancha, finiquitó el encuentro.

La respuesta del Madrid fue vana y pobre. Sin  inventiva alguna, los blancos aceptaban la dura derrota. Un par de jugadas de Kaká en las que internó con acierto en el área y algún que otro lanzamiento de falta errado de Cristiano fueron los únicos atisbos de fiereza que mostraba un desconocido Madrid. El baño del fútbol fue épico y si el partido hubiera durado 10 minutos más, la derrota pudo haberse incrementado.

Lo más destacable sin duda, es la perseverancia en el juego del Barça, quien no renunció a su estilo, a pesar de ir perdiendo desde el primer minuto. Xavi e Iniesta, los mejores sin duda del Barça. Alexis se reivindica con un partidazo y hace muy difícil que Villa vuelva a ser indiscutible.

Por su parte, el Madrid salió fuerte pero sin reacción. No creaban suficiente peligro y su "estrella", el portugués Cristiano, se vuelve a estrellar en un partido de importancia. Lo positivo es pensar que puntuando en Sevilla el Madrid sigue siendo líder y que a pesar de la derrota, en la fase regular, tanto en Champions como en liga, estaban siendo el mejor conjunto de Europa.

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