SECCIONES

22/12/10

Nadie es perfecto


La lista de errores arbitrales que agitaba Mourinho en la rueda de prensa posterior al partido frente al Sevilla ha suscitado miles de críticas que apuntan al portugués por ese atrevimiento. Un apunte interesante, Mou no es el creador de la lista. Pero puestos a criticar, se pueden atisbar fallos a los que son considerados los dos mejores entrenadores del mundo, Pep Guardiola y José Mourinho


Empezamos por Mourinho. El luso es un personaje imprescindible en la farándula del periodismo deportivo. No deja indiferente a nadie y muchos periodistas ávidos de este hecho se alimentan de sus declaraciones para rellenar páginas sensacionalistas que crean controversia. Ya no es importante la figura del entrenador respecto al equipo sino el escándalo que puede formar para poner a la gente de su lado o totalmente en contra. Así es Mourinho, una mezcla de soberbia alimentada por su facilidad para crear equipos con ímpetu ganador y una creación de la prensa necesitada de titulares potentes con un ánimo de lucro casi vomitivo.

Mourinho ha cometido errores graves desde su estancia en el banquillo merengue. Tal vez, y pienso que es así, el más grave sea el hacer público deseos internos que solo incumben a la dirección deportiva del Madrid. El ansiado nueve que pedía desde su llegada, la esperanza frustrada de alinear un tanque en su equipo ha sido tema perenne en sus ruedas de prensa. Esa petición pública debió realizarla en privado con los directivos del Real Madrid. Otra perla que se debió guardar fue la innecesaria coparecencia en la que argumentaba su deseo de entrenar a su selección en dos partidos. Sentimiento patriótico el que afirmaba poseer Mou para justificar este esperpéntico acontecimiento. Así como pedir una reunión con el presidente, cuando debió comunicarlo totalmente fuera de cámaras, a sus jefes. Mourinho ha llevado a la prensa a ser su correveidile particular, su intermediario con afición y superiores, algo inaceptable en un equipo que debe guardar una serie de prioridades que le caracterizan como señorial y respetable. Esto añadido al odio víperino que corre por las venas de miles de personas en España, ayuda a la desacreditación de Mourinho como entrenador del Madrid.

Firmemente creo que su capacidad para dirigir al club más importante de la historia está más que demostrada y que solo necesita tiempo para hacerse con los mandos. Pero sencillamente pienso que muchas de sus declaraciones son inadecuadas, que debe guardar distancias y no comentar todo lo que se le pase por su cabeza. Debe morderse la lengua vaya.

Pep Guardiola también tiene sus errores, como toda persona humana. Su imagen intocable de persona seria, respetada, trabajadora, educada le hacen prácticamente perfecto a los ojos de muchos aficionados al fútbol y al Barça. Pero Guardiola tiene tras de sí varios errores fuera de los terrenos de juego. Pep ha intentado convencernos de su naturaleza amable, pero en muchas ocasiones ha hecho gala de una actitud poco correspondida con la imagen que muchos tienen de él. Puede que su error más absurdo haya sido el intentar cambiar el día del partido por el conflicto con los controladores. Soberbias aparte, este hecho fue estrafalario. Sin contar siquiera con la opinión de Osasuna, Guardiola creyó que la RFEF iba a concederles el deseo de trastocar el calendario liguero.

También nos ha hecho partícipes de creer que todos los equipos que se enfrentan al Barça son increíblemente buenos. Halagos completamente desmesurados que no se corresponden con la idea real de Pep. Así como su extraño mal ojo para los fichajes y el presumir excesivo de su cantera llevan al aficionado a pensar que hasta Guardiola tiene errores.

Como conclusión quiero recalcar que el debate alrededor de los errores arbitrales me parece una severa estupidez que solo consigue añadir adeptos al un periodismo sensacionalista que no hace nada de bien a la profesión. A Mou se le ha crucificado por una lista que no redactó y de la que no dijo absolutamente nada. En ningún momento acuchilló al árbitro con ese documento. Debate innecesario que algunos se encargan de convertir en noticia para crear más animadversión, se sea del bando que sea.

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